Cada vez más, la saliva se perfila como alternativa a la sangre para la obtención de muestras DNA para estudios genómicos.

La comodidad en la recolección de la muestra de forma no invasiva, es un punto a su favor de cara al paciente. Por otro lado, su estabilidad a temperatura ambiente facilita tanto el almacenamiento como el transporte de las muestras frente a la compleja logística que requieren las muestras de sangre por la necesidad del mantenimiento de la cadena de frío.

La parte más controvertida parecía estar en la cantidad y calidad del DNA obtenido mediante los dos tipos de muestras. Sin embargo, con los métodos de recolección adecuados, el rendimiento y la calidad de los resultados obtenidos por ambas vías son perfectamente comparables.

En esta entrada os traemos 3 puntos clave que evidencian la equivalencia entre utilizar muestras de saliva o sangre para estudios genómicos.

 

¿Por qué son comparables las muestras de saliva o sangre para estudios genómicos?

 

1.- Flujo de trabajo en el laboratorio

El flujo de trabajo en el laboratorio y los protocolos de extracción son muy similares tanto si se parte de muestras de sangre como de saliva. Eso sí, en el segundo caso, es imprescindible haber tomado la muestra con los kits adecuados, que permiten recoger una muestra líquida que se procesará de manera muy similar a la sangre.

 

2.- Calidad del DNA

El DNA que se obtiene a partir de muestras de saliva proviene principalmente de los glóbulos blancos presentes en la misma, por lo que la fuente de DNA es básicamente idéntica en ambos casos. Esto garantiza la obtención de DNA de alta calidad.

 

3.- Aplicaciones de análisis genómico

A día de hoy, la utilización de muestras de saliva está validada al igual que la sangre para la mayoría de tecnologías incluyendo PCR, arrays y secuenciación, ya que el rendimiento de DNA que se obtiene a partir de muestras de saliva o sangre para estudios genómicos es equivalente en ambos casos (más info en este estudio).

 

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