Independientemente de que los anticuerpos estén purificados o no (sueros, sobrenadantes de cultivo, líquido ascítico, etc.), lo habitual es tener que diluirlos antes de utilizarlos en la aplicación correspondiente para optimizar así las concentraciones finales de los mismos.

En esta entrada analizamos la importancia de determinar la concentración óptima de trabajo para un determinado anticuerpo, y explicamos las diferencias entre los conceptos de diluciones y título de anticuerpos.

 

Diluciones y título de anticuerpos

El motivo por el que es necesario diluir nuestra muestra de anticuerpos hasta alcanzar la concentración óptima para nuestro ensayo es sencillo: si lo utilizamos a concentraciones demasiado elevadas, las interferencias y el ruido de fondo serán mayores. Además, gastaremos más reactivo del necesario, encareciendo el coste del experimento.

Por el contrario, si empleamos concentraciones de anticuerpo demasiado bajas, el antígeno de interés podría no llegar a detectarse, dando lugar a resultados falsos negativos.

Por todo lo anterior, es imprescindible optimizar la dilución de nuestro anticuerpo para cada una de las aplicaciones en las que se vaya a emplear, con el fin de obtener el mejor ratio señal/ruido.

 

Optimizar la dilución de los anticuerpos

La concentración óptima de trabajo para cada anticuerpo particular se debe determinar en base a cada aplicación o inmunoensayo concreto, y para unas condiciones experimentales (temperatura, pH, buffer, etc.) determinadas.

Pero, ¿cómo podemos establecer la concentración óptima para un determinado anticuerpo en una técnica concreta? Muy fácil, mediante un experimento de titulación utilizando diluciones seriadas de la solución madre de anticuerpo. Cada una de estas diluciones se ensayará frente a la muestra problema, midiendo los resultados con el método de detección correspondiente hasta llegar a aquella dilución a la que ya no se obtenga un resultado positivo.

 

Título de anticuerpos

Con este experimento de titulación obtendremos el conocido como título de anticuerpos, que se corresponderá con la mayor dilución de la serie a la que se ha obtenido un resultado positivo.

El título de anticuerpos es un concepto relacionado con la dilución de anticuerpos, pero técnicamente distinto. El título de anticuerpos es la mayor dilución de los mismos a la que el inmunoensayo en cuestión aún arroje un resultado positivo.

 

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