Los inmunoensayos son un conjunto de técnicas bioquímicas que se utilizan para identificar, y en algunos casos cuantificar, una determinada molécula diana presente en una muestra biológica. El fundamento característico que comparten los distintos tipos de inmunensayos es que todos ellos se basan en la avidez antígeno-anticuerpo.

En esta entrada revisamos brevemente los 9 tipos de inmunoensayos que con más frecuencia se llevan a cabo en los laboratorios de investigación.

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Tipos de inmunoensayos

1.- Western Blot (WB)

Mediante la técnica de Western Blot, las proteínas presentes en una determinada muestra biológica se separan en función de su tamaño mediante electroforesis, para posteriormente ser transferidas a una membrana y teñidas con un anticuerpo específico.

Con esta técnica, además de detectar la proteína de interés, se puede determinar su tamaño, confirmar si existen modificaciones post-traduccionales o comparar su concentración en distintas muestras, entre otros.

Podéis ampliar la información sobre Western Blot en estas entradas anteriores:

2.- Inmunoprecipitación (IP)

La inmunoprecipitación se utiliza para aislar una determinada proteína del resto de los componentes presentes en una muestra, mediante la precipitación de complejos antígeno-anticuerpo.

Además de la detección y cuantificación de proteínas, sus aplicaciones son muy variadas, incluyendo la determinación del peso molecular de un determinado antígeno, el estudio de interacciones entre proteínas o la monitorización de modificaciones post-traduccionales.

Podéis ampliar la información sobre Inmunoprecipitación en estas entradas anteriores:

3.- Radioinmunoensayo (RIA)

Este inmunoensayo utiliza isótopos radiactivos para marcar el complejo antígeno-anticuerpo. Posteriormente se procede a la lectura de la radiactividad para detectar dichos complejos y confirmar y/o cuantificar la presencia de la proteína de interés en la muestra.

Una de las ventajas del Radioinmunoensayo es que es una técnica altamente sensible, lo que posibilita la detección de proteínas que se encuentran a muy bajas concentraciones en la muestra. Sin embargo, también cuenta con un importante hándicap, y es el potencial peligro que supone trabajar con material radiactivo.

4.- ELISA (Inmunoensayos enzimáticos)

De los distintos tipos de inmunoensayos, el ELISA es uno de los más populares y de uso más frecuente en los laboratorios de investigación debido a su fácil implementación, su versatilidad y su alta sensibilidad y especificidad.

Se fundamenta en el uso de enzimas que permitirán la detección de uniones antígeno-anticuerpo (y por lo tanto la presencia de un determinado antígeno en la muestra) mediante la catalización de una reacción colorimétrica al añadir el sustrato correspondiente.

Podéis ampliar la información sobre ensayos ELISA en estas entradas anteriores:

5.- CLIA (Inmunoensayos de quimioluminiscencia)

Los ensayos de quimioluminiscencia o CLIA, comparten principio con los ELISA, con la diferencia de que en este caso la unión antígeno-anticuerpo se mide a través de la fluorescencia generada mediante una reacción química.

Los ensayos CLIA tienen el inconveniente de que necesitan equipos específicos para la lectura de la fluorescencia, pero por contrapartida presentan la ventaja de ser significativamente más sensibles que los ELISA convencionales.

Podéis ampliar la información sobre ensayos CLIA en esta entrada anterior:

6.- Inmunofluorescencia (IF)

En los ensayos de inmunofluorescencia, la detección del antígeno de interés mediante su unión a un anticuerpo específico se visualiza a través del uso de fluoróforos.

Podéis ampliar la información sobre Inmunofluorescencia en esta entrada anterior:

7.- Inmunohistoquímica (IHC)

Este ensayo combina técnicas inmunológicas, bioquímicas e histológicas para la detección de un antígeno presente en una sección de tejido mediante el uso de anticuerpos específicos. Además, permite visualizar la distribución y localización de dicho antígeno dentro del tejido en estudio.

Podéis ampliar la información sobre Inmunohistoquímica en estas entradas anteriores:

8.- Inmunocitoquímica (ICC)

Es una técnica con un fundamento similar a la inmunohistoquímica, solo que en este caso, la inmunocitoquímica permite la detección de un antígeno dentro de una célula.

Tanto la IHC como la ICC son ensayos algo menos sensibles de lo que pueden ser un ELISA o un Western Blot, pero permiten estudiar el antígeno en el contexto de una célula o un tejido intactos, sin necesidad de aislarlo previamente.

Podéis ampliar la información sobre Inmunocitoquímica en esta entrada anterior:

9.- Citometría de Flujo (FC)

Dentro de los distintos tipos de inmunoensayos, este es uno de los más complejos. La citometría de flujo es un método que mide la dispersión y reflexión de un haz de luz láser para contar y analizar células en suspensión en función de sus características físico-químicas.

Podéis ampliar la información sobre Citometría de Flujo en estas entradas anteriores:

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