La investigación biomédica es, por su propia naturaleza, un empeño de carácter internacional. Los investigadores contactan, citan y trabajan codo con codo con científicos de todo el planeta de forma rutinaria. Pero incluso aunque la ciencia no conozca fronteras, la mayoría de autoridades locales no están por la labor de dejar que los bioreactivos sean ignorados en aduanas.
No importa donde estés, importar productos biomédicos de otras partes del mundo puede ser una pesadilla burocrática, especialmente si no sabes como navegar las turbulentas aguas de la política aduanera.
Acompañadnos en un repaso de este proceso tan complejo como relevante.
¿Por qué han parado mi bioreactivo en aduanas?
Lo primero, tenemos que tener en cuenta por que esta sucediendo lo que esta sucediendo. Para cualquier bioreactivo producido dentro de las fronteras de la Unión Europea, este problema no debería aparecer prácticamente nunca, ya que el libre transito de mercancías, servicios y personas garantizado por esta alianza geopolítica permite comprar y vender reactivos, ya que todos los países involucrados comparten regulaciones equivalentes al respecto.
Sin embargo, si el producto que buscas se produce en el extranjero, lo que es muy probable considerando que algunos de los principales fabricantes están localizados en China o USA, los bioreactivos será detenido en aduanas.
Las autoridades aduaneras tienen el derecho de detener cualquier paquete que consideren digno de ser detenido, ya sea por sospechas sobre su valor, origen o apariencia. Podrían retenerlo por una falta de los permisos adecuados, la necesidad de una inspección especial, una sospecha de fraude en torno al valor del producto, o un error en los costes arancelarios.
En el caso de un bioreactivo, la razón más común para la retención es la necesidad de pasar una inspección sanitaria o errores en el papeleo asociado al paquete, ya que el agente aduanero querrá revisar la ficha técnica del reactivo.
¿Cómo arreglo esto?
Librarse de este problema burocrático puede ser una tarea intimidante para cualquier investigador. Al fin y al cabo, las leyes arancelarias nacionales e internacionales pueden ser un organismo con vida propia, uno que la mayoría de científicos no han pasado su vida estudiando.
Dependiendo de la razón para la retención, pueden hacer falta diferentes acciones para salir del entuerto. A veces, será tan sencillo como contactar con el fabricante, solicitar la ficha técnica del producto actualizada, y enviarla a la oficina de aduanas; mientras que en otros casos, puede que necesites contratar a un agente aduanero de tu bolsillo para que gestione diversas inspecciones.
Este problema puede complicarse aún mas si tu reactivo se ha visto detenido en un punto intermedio de su viaje y está siendo investigado por las autoridades aduaneras de otro país, haciendo que la comunicación se vuelva considerablemente más difícil.
En cualquier caso, ten por seguro que tanto costes adicionales como tarifas inesperadas van a sumarse al coste del envío, encareciendo de forma repentina tus bioreactivos y reteniendolos en aduanas, haciendo que este sea entregado considerablemente más tarde.
¿Hay alguna alternativa?
Por fortuna, para cualquiera afectado por esta situación, hay unas pocas empresas que, como Abyntek Biopharma, se especializan en, entre otras cosas, gestionar la intrincada burocracia aduanera.
En Abyntek asumimos el a menudo inevitable sobrecoste derivado de las tarifas y los agentes aduaneros como parte de nuestro precio, haciendo que el cliente nunca tenga ninguna sorpresa con el costo del producto.
Adicionalmente, tenemos más de 15 años de experiencia a nuestras espaldas gestionando este complejo tema, y tenemos un historial impecable, resolviendo las muchas incidencias que pueden surgir a lo largo del proceso de importación, asegurándonos de que los reactivos siempre llegan a tiempo a nuestros clientes.
Caso práctico: A una importación de Reino unido le falta el papeleo
Recientemente, un cliente pidió, a través de Abyntek, un set de anticuerpos y su buffer correspondiente de la marca St. John’s Lab. Normalmente, esta importación debería ser sencilla, pero desde que el Reino Unido abandono la Unión Europea, los agentes aduaneros están siendo especialmente estricto con los paquetes procedentes de las islas británicas.
La empresa de transportes nos contactó, informando a una de nuestras compañeras de la retención y poniéndola en contacto con el agente aduanero responsable de la misma. Este nos comunicó que necesitaba la ficha técnica del producto y que el fabricante no estaba respondiendo a sus peticiones.
Fue entonces cuando contactamos con St. John’s Lab, insistimos hasta conseguir la ficha técnica, y se la enviamos al agente aduanero, que pudo verificar que el código HS del producto encajaba con su composición, permitiendo que este continuase con su viaje hacia el centro de investigación de nuestro cliente, llegando al laboratorio en apenas un par de días.
